viernes, 25 de octubre de 2013

Percy Jackson y el Ladrón del Rayo ("Percy Jackson and the Lightning Thief", Chris Columbus -2010-): Grandísimo hijo de Potter

No soy fan de la saga de Harry Potter. Ni de los libros, ni de las películas. De las últimas he visto algunas y, por lo general, me parecen aburridetas. Pero, claro, cuando sale algo "nuevo" y lo peta les falta tiempo a los copionetas de turno para ir a remolque. Y esta gente que rellena libros como quien embute chorizo pero sin una pizca de imaginación, suele hacer copias malas de algo original que ya de por sí no era la hostia.

En el caso de "Percy Jackson y el Ladrón del Rayo" este plagio "moral" canta como una almeja. Empezamos mal si de primeras repetimos en el título de la película el formato "Perico y los Palotes de Maracuyá" que ya pudimos apreciar en el señor Potter.

Ambos héroes con picores genitales son verdaderos losers en su vida "real" que esconden una identidad secreta a lo Superman. El Potter es un mago del copón. El Jackson, un semidios hijo de Poseidón. El primero asiste a Howarts para aprender los secretos de la magia. El segundo, el campamento "Half Blood" (media sangre) para entrenarse y desarrollar todos sus poderes divinos. Los dos cuentan con fiel escudero y jovencita aguerrida como compañeros. Y la letanía de sospechosas similitudes se haría tan aburrida como lo es la película.

Se copia el fondo; y se copia la forma. Como contar con actores consagrados con cara de despistados para los papeles "viejunos". Por ahí desfilan Pierce Brosnan, una espectacularmente guapa Umma Thurman, Catherine Keener, Sean Bean, Kevin McKidd, Rosario Dawson, Steve Coogan y no sé cuántos más. Obviamente, con personajes que salen dos minutos poco pueden hacer más que rellenar los títulos de crédito.



File:Percy Jackson & the Olympians The Lightning Thief poster.jpg

Lo que más me jode es lo poco que se lo curran ahora algunos para hacer peliculetas para jóvenes. Como el escritor Rick Riordan que aquí no duda en violar la mitología griega para forrarse el riñón. Aquí sale de todo: el minotauro, medusa, el barquero de Estigia, Zeus, Poseidón, Atenea... Vaya ley del mínimo esfuerzo. Claro, ¿para que inventarse unos personajes si ya los griegos lo hicieron hace miles de años? Me cojo los dioses y héroes griegos, los rebozo de estética Crepúsculo, me los llevo a Nueva York y a tomar por culo bicicleta, qué bien me ha quedado este mejunje y me lo empiezo a llevar calentito.

Y no me vengáis con que es una película para zagales y que yo no lo soy. Para mi, las películas son buenas, o no lo son. Y ésta, no lo es. Lo que más me jode es que aburre, cuando estos films se supone que son entretenimiento puro y duro. Pero, claro, está basada en una saga de trescientos libros y ya este año han sacado la segunda parte. Que la pasta manda.

Puestos a ver sagas de libros en plan peli, os recomiendo "Los Juegos del Hambre". Me sorprendió muy gratamente. Pero mucho. Tanto, que la quiero volver a ver y así os la comento.


jueves, 24 de octubre de 2013

Pasos de Baile ("The Dancer Upstairs, John Malkovich -2002-): Tropezón

Pasos de Baile (The Dancer Upstairs, John Malkovich -2002-) es el debut como director del famoso actor. Lo podría haber hecho peor. Pero no mucho peor. La película es una marcianada: director americano, actores predominantemente españoles interpretando personajes latinoamericanos que hablan un inglés (yo veo las pelis en versión original, soy así de chulo) de guachiguari. Un escritor inglés llamado Nicholas Shakespeare (si su tatatatarabuelo levantara la cabeza...¡¡¡es broma, no sé si están emparentados) que se autoputea mutilando su propia novela. Bueno, así solo tendrá que mirarse al espejo para echarle la culpa al responsable de un guión en el que el autor se ha hecho, básicamente, la picha un lío.

Nos situamos. País latinoamericano sin especificar. Y a partir de ahí no me ha quedado claro nada más. Después de dos horas de peli no sé si se trata el país está en una dictadura o una democracia caciquil y capitalista; si los revolucionarios son terroristas, miembros de una secta o psicópatas a lo Viernes 13, dada su facilidad para cargarse a quién les da la gana sea lo importante que sea. 

La policía secreta, encabezada por Javier Bardem, y encargada de buscar al terrorista, está compuesta por hermanitas de la caridad (hombre, no me jodas). Sus agentes son buenas personas respetuosas con los derechos humanos. Nada de interrogatorios a base de guantazos con la mano abierta. Ahí nadie tortura, solo se pregunta. Hombre, llamadme mal pensado, pero es algo difícil de creer que en países como el que parece retratar Pasos de Baile, la pasma parezca más bien una ONG.


En el lado opuesto, un líder terrorista mesiánico de cartón piedra que sale dos veces puntuales para soltar frases vacías típicas de villano de peli de Chaka Chaka Norris a lo Delta Force. Solo le falta decir: "Mira, que soy más malo que Barrabás, ¿eh?, que no sabes con quién te juegas los cuartos". No duda en utilizar niños y adolescentes que se autoinmolan en aras de la revolución. Vamos, que la peli toma tanto partido que solo le falta al director y al guionista poner en fila a los policías y chuparles el rabo.

De todos modos da igual, porque la investigación es tan solo una parte intermitente (poco creible y mal desarrollada) de una película en la que cabe todo. Sí, amigos, también el puto amor. A Bardem le da tiempo de adorar a su familia, follarse a una puta (interpretada por una actriz española, Natalia Dicenta, que le podría dar clases de inglés a sus colegas de reparto) y enamorarse de otra mujer. No hay conflicto moral de ningún tipo. Así que llega un momento que Bardem parece que interprete tres personajes distintos y que ninguno de ellos sepa de la situación sentimental de su "clon".

Se convierte, pues, en una película en la que las cosas "pasan" y ya está. Joder, para qué intentar que tenga sentido alguno. Vamos, es más inconsistente que unas natillas al sol. Y aburrida. El Malkovich mejor que siga actuando, que de eso sabe. 

miércoles, 23 de octubre de 2013

Blancanieves (Mirror Mirror, Tarsem Singh -2012): Blancanieves versión 2.0

¡¡¡Por diox bendito!!!¡¡¡Una película en Tele 5!!! Casi me ha dado un soponcio al enterarme. Y la recaída del soponcio ha venido cuando me he enterado que era lo mejor que había en la tele. Eso sí, que el film en cuestión no me ha cambiado la vida, como era de esperar del basurero en el que se ha convertido esta cadena de televisión. ¿Será por eso que Blancanieves ("Mirror Mirror, Tarsem Singh" -2012) ha sido incluso mejor de lo que esperaba?

Obviamente, esta versión se hizo para que Julia Roberts se luciera como Madrastra. Y es que el tiempo pasa para todos y aún actrices como ésta que son buenas y, además, lo están, se tienen que buscar la vida para tener proyectos en el que participar. Y no es que la Roberts pase a la historia por este melindre, pero al menos ha tenido la oportunidad de dar un recital dando con el toque perfecto a su papel. Es una mala de cuento pero no cae en la caricatura. Además, como el espejito también tiene su rostro, aún puede añadir otro registro más. Así que da la sensación que se lo pasó bien, y eso se transmite en la película.

Claro, estamos hablando de Blancanieves, de la que se habrán hecho cuarenta versiones en dibujos y con actores reales, con la pesada losa de Disney y sus primeros pasitos de la mano de los hermanos Grimm en el siglo XIX. Es decir, que todo está inventado. Así que se han sacado algunos ases de la manga para "actualizar" esta historia tan conocida.



File:Mirror Mirror FilmPoster.jpeg

Blancanieves sigue siendo lerda de tan buena, pero aquí le dan mayor protagonismo, muestra su lado guerrero e incluso se permite el lujo de cambiar la historia del beso. El príncipe aquí es bastante tontorrón, incluso con cierto toque paródico. Y los enanitos se transforman en bandidos. Pero vamos son puesta al día de la historia a lo "Sexo en Nueva York". Porque en el caso de la serie, las pedorras al final tienen las mismas aspiraciones que en una novela de Jane Austen, por mucho que vayan de modernas y trasngresoras.

El director también aporta lo suyo. En vez de poner al típico gris en nómina de los estudios se optó por Tarsem Singh, director indio que no es que sea la hostia pero siempre dota a sus películas de un potentísimo estilo visual. Muchas de sus imágenes parecen cuadros. E incluso me pareció ver un homenaje a Gaudí en los cascos de los soldados del reino. Son muy parecidos a las chimeneas/soldado de La Pedrera (Barcelona) Sabréis de lo que os hablo si veis otras películas del cineasta como La Celda (con la culona de JLo) e Immortals (que me recordó demasiado a 300, pero en malo)

Así que una Julia Roberts que se encuentra suelta + un director que filma estampas bonitas = película para pasar un miércoles por la noche.




martes, 22 de octubre de 2013

La Sombra del Reino/The Kingdom (Peter Berg 2007): Oriente y Occidente a hostias

Cada vez que veo La Sombra del Reino (The Kingdom, en inglés) me gusta más. Me la encontré un día por la tele de casualidad y me quedé totalmente enganchado. Sin ser una obra maestra, sí que une calidad artística y comercial; algo que, tristemente, es excepción y no regla. La película se afilia en la nómina de thrillers políticos, rama terrorismo islámico y cuenta cómo un equipo del FBI investiga un doble atentado (vagamente inspirados en ataques reales)

Hay una historia política, de intereses de las altas esferas de EEUU y Arabia Saudí. Contrastan con el trabajo a pie de calle de los investigadores de uno y otro país que ven como desde arriba no solo no les ayudan sino que les ponen piedras en el camino. Al contrario que en otras películas similares, la trama no es liosa y se sigue facilmente. A la vez, tiene lógica, lo cuál se agradece. Paralelamente, tenemos la historia de amistad de policías de culturas y países muy distintos a los que acaba uniendo sus puntos en común más que separando sus diferencias.

Obviamente, desde USA no se puede hacer una película de este tipo sin que haya algo de tufo a "americanada". En este caso es destacable que ese tufo apenas se huele. Incluso se intenta dar cierta voz a los terroristas sin caer demasiado en la caricatura, tipo malos de pelis de Chaka Chaka Norris.

File:TheKingdom Theatrical1sht.jpg

Lo mejor de la película, sin duda, son los actores. Jamie Foxx se está convirtiendo en un actorazo del quince. Chris Cooper hace siglos que lo es. Pero quiero destacar cómo se lo curra Ashraf Barhom encarnando al principal personaje de la parte "árabe" del film y el trabajo de Jennifer Garner y Jason Bateman. Ambos lograron desencasillarse de sus típicas comedietas ñoñas.


La película es intensa (otro logro en un cine actual en que las películas de entretenimiento aburren, que ya tiene cojones) Hay tiempo para espectaculares escenas de acción que se combinan muy bien con las de "hablar". Los personajes no son de cartón-piedra.

Aunque, obviamente, esta película no llega a la profundidad de denuncia de otras como Syriana (es más bien inofensiva en un tema en el que se podría meter mucha caña) tampoco cae en lo fácil. En un momento, niños de ambos lados son aleccionados para que, cuando sean mayores, "maten a todos sus enemigos". Ergo, la violencia se retroalimenta y se eterniza. Algo que da que pensar.

The Kingdom está dirigida por Peter Berg, actor sin mucho éxito cada vez más volcado en esta nueva faceta. Suya es Very Bad Things, una peliculeta que a mi siempre me ha gustado aunque pasó sin pena ni gloria por las carteleras cuando se estrenó a finales de los noventa. Si podéis, echadle un vistazo. Aquí, se empapa del estilo épico de Michael Mann (que es productor de la cinta) en películas como Collateral o Heat (otros grandes ejemplos de buen cine comercial. Sí, ¡¡¡esos conceptos pueden ir juntos!!!) En algunos momentos, todo tiene un tono casi documental para añadirle veracidad.

Muy muy me gusta

miércoles, 16 de octubre de 2013

El Discurso del Rey (Tom Hooper, 2010): Superación "Real"

Mira que me lo temía. Pues nada, que no aprendo. Hacía tiempo que quería ver "El Discurso del Rey". Por eso de que lo petó en los Óscar y porque salen varios actores que para mi son muy buenos (Geoffrey Rush, Colin Firth) Pero, o yo no estaba para reyes ingleses o, simplemente, es que está sobrevalorada porque a mí no me ha parecido para tanto.

Y he caído en la cuenta de que, muchas veces, que una película triunfe en los premios de Hollywood no significa automáticamente que valga la pena. Incluso hay ocasiones en el que es al contrario. Porque me da la sensación de que los Óscar son como las Olimpiadas, todo está amañado de antemano.

Reflexionando, no me extraña que la película triunfara entre el público anglosajón. A los yanquis les gusta porque mantiene el estereotipo que tienen de los british pomposos (aunque luego hay que ver el rollo que se traen con sus presidentes) Además, es una historia de superación: un rey al que no te tocaba subir al trono y, para más inri, teniendo que superar sus problemas de tartamudez que le han atormentado desde su infancia. Teniendo en cuenta que tiene que dar discursos en público en un periodo tan jodido como la II Guerra Mundial. Complicado pe-pe-pedir al pu-pueblo brita-tanico que sea valiente con cierta credibilidad. No lo digo yo, es la sensación que destila la película.

Y es que en Estados Unidos les ponen las historias de superación, sea un pobre chico de barrio que deja las calles y se redime como empresario rico, deportista de élite o artista con talento; el político que vence contra todo pronóstico a su rival; los pobres del país chungo de turno que escapan de la guerra... Vamos, que si encima está "basado en hechos reales" el éxtasis es total.

File:Kings speech ver3.jpg

El problema es que está película de Tom Hooper (no confundir con Tobe Hooper, el de La Matanza de Texas, no es el mismo rollo) es demasiado plana. No tiene chispa. Parece un telefilm. No me creo en ningún momento la "supuesta" relación de profunda amistad entre el rey y su logopeda. Y claro, yo voy, me aburro y me dedico a otra cosa. Mala señal si me quedo con la tele solo como telón de fondo (bueno, otros se machacan el cerebro con ¿Quién quiere casarse con mi hijo?.


Como suele pasar en este tipo de películas con presupuesto, salvan algo la papeleta actorazos como Colin Firth (haciendo de Jorge VI), Geoffrey Rush (logopeda de extraños pero efectivos métodos) secundado por otros igual de solventes como Guy Pierce (Eduardo, quien fue rey por muy poco tiempo al insistir en casarse con una divorciada yanqui), Timothy Spall (que hace de Churchill) y Michael Gambon (Jorge V, el padre)

Mención aparte merece Helen Bonham-Carter (que la tía ya tiene nombre aristocrático de serie) Demuestra que es una actriz versatil, algo complicado porque últimamente solo le tocaban papeles de pirada cortesía, entre otros, de Tim Burton.

En fin, pilarín, que me esperaba más. Una nueva razón para confiar en mi primer instinto de mosquearme si voy a ver una peli  de Óscar.


martes, 15 de octubre de 2013

Savages: Emporrados a tres bandas

Savage (Oliver Stone, 2012) es la última película hasta ahora del famoso director norteamericano. Y comparte una cosa con las demás películas que he visto de él: es demasiado larga. Y recalco, demasiado. ¿Cuál es el problema fundamental de una película demasiado larga? Pues que el ritmo es irregular y se puede caer en el aburrimiento. Mala señal si me pongo a jugar al Apalabrados mientras estoy viendo una peli.

No soy especialmente fan de Oliver Stone. Algunas películas suyas están bien, especialmente esos thrillers políticos que tanto le gustan. Será porque parece que le gustan ese tipo de películas que cuando hace otras a veces se nota demasiado que son de encargo. O es la sensación que da. El problema cuando le das una película alimenticia a un director de larga carrera es que querrá dejar su sello. Y eso no tiene porque ser bueno.

Tenemos un triángulo amoroso entre dos amigos de toda la vida que trafican con marihuana y la típica rubia playera. A estos surferos les llega la proposición de un cartel mexicano para colaborar en los negocios. Ellos se niegan y secuestran a la chica. Sobre esa premisa podría haberse montado una película de acción de pim-pam-pum en horeta y media y sanseacabó. Encefalograma plano y un ratico entretenido. El problema es que Stone estira como el chicle esta historia que en manos de otro se quedaría en un cortometraje, se empeña en hacer hablar a unos personajes que son estereotipos, así que la cosa no encaja.

File:Savages poster.jpg

Uno de los jóvenes traficantes es un idealista que reinvierte dinero de sus negocios en ayuda humanitaria en países del tercer mundo (emmmmm si, claro, lo habitual). El otro es un veterano de Vietnam y Afganistán. Por lo tanto, uno es el cerebro y otro los músculos. Y la rubia se los trinca a los dos porque cada uno le aporta algo distinto al otro. 

Si se aguanta la película es por los actores. Tener a Benicio del Toro, cada vez más atocinado (¡¡¡cómo le encantan estos personajes de guarro!!!) es un lujo; así como a una ya veterana Salma Hayek a la que vemos muy poquito en el cine. John Travolta hace un personaje poco agradecido como agente corrupto de la DEA al que le saca bastante partido. El tío está valiente y sale hasta calvo (sin los putos peluquines chungos que lleva desde hace años) El trío protagonista es solvente: Taylor Kitsch (el duro), Aaron Johson (el idealista) y Blake Lively (la surfera)

Como suele ser habitual en las películas de Oliver Stone, la banda sonora está muy cuidada con interesantes versiones de clásicos como Here Comes the Sun, a cargo de Yuna y Psycho Killer, por Bruce Lash.

Si no fuera tan larga serviría para pasar el rato.

Bunraku: Mucho salto y pocas nueces

Me ha sorprendido que Bunraku (Guy Moshe, 2010) no está basada en ningún cómic. Esta película protagonizada por Josh Harnett, con secundarios de lujo como Woody Harrelson, Ron Pearlman y Kevin McKidd, es deudora (para mal) de otros films más afortunados, con una estética espectacular y basados en viñetas. Me refiero a Sin City y 300, casualmente ambos obras de Frank Miller y, en mi opinión, clásicos del cine contempóraneo.

Bunrake pasó justamente sin pena ni gloria por las carteleras. Nunca pilla el tono. Se mueve entre la parodia de las películas de acción, la estética cómic adaptada al cine con la ayuda de efectos especiales cada vez más sofisticados, el spaguetti western (con la figura del forastero sin nombre), las películas de samurais, los films posapocalípticos... Y claro, o tienes claras las ideas cuando empiezas a mezclar o te sale un pastiche del copón. Como es el caso. La película destila, sobre todo, confusión.



Los personajes son clichés con patas. No creo que los actores supieran si el director y el guionista se tomaban en serio sus personajes o estaban de cachondeo, así que nunca le pillan el punto a sus roles. El espectador no se entera mucho de lo que pasa, solo ve una sucesión de conversaciones poco interesantes, escenas calcadas (en espíritu) de otras películas y múltiples peleas filmadas con la típica cámara tembleque. Eso sí, bien coreografiadas.

No os recomiendo que perdáis el tiempo con ella. Con que lo haya hecho yo, es suficiente. Es solo apta para amantes del cómic moderno, los tuttifrutti visuales y un listón de exigencia tirando a bajo.