lunes, 2 de diciembre de 2013

Una "racista" película romántica

Love Actually (Richard Curtis, 2003)

Me encanta Love Actually...pero cada día menos. Algunas películas son como los vinos, que mejoran cuanto más las ves. Pero otras parecen más bien fruta o verdura, que se van pudriendo con el tiempo. Me da a mi que la película del inglés Richard Curtis le está pasando esto último. Y me jode porque la he estado defendiendo durante mucho tiempo (la película tiene diez años ya) Pero se me está derrumbando un mito.

Ayer vi aproximadamente la última mitad de la película y comprobé que algunas escenas son de un melindroso que dan ganas de potar. Pero a mi siempre me había convencido el conjunto: una película con actores cojonudos, algunos diálogos en ocasiones brillantes y situaciones ocurrentes. Como elemento individual, soy un rendido fan del rockero trasnochado que interpreta Bill Nighy y su ya antológica frase: "niños, no compréis drogas. Haceos estrellas del rock...y os las darán gratis".

No voy a hablar de la película en general (como tengo el dvd quizá lo haga en otra ocasión) sino tema que me ha tocado un poco las pelotas: el tufo xenófobo que le estoy empezando a oler. Los personajes ingleses tienen sus más y sus menos pero, en general, son tratados benévolamente. Pero ¡ay! cuando se habla de los de "afuera"... Os voy a hablar de los dos momentos más claros:


Love Actually movie.jpg
Caso 1. Uno de los personajes, un joven inglés con toda la pinta de pajero pagafantas, dice que se va a Estados Unidos a follar y se lleva una maleta llena de condones (¿perdón?) Efectivamente, llega a ¡¡¡Milwaukee!!! y en el primer bar se le acercan tres pivones que se lo llevan a su casa y, como no hay sitio en el apartamento y no tienen pijamas (¿perdóooooon?) duermen todos juntos y en pelotas. Y digo duermen, por decir algo.

A parte de que sea el sueño húmedo de cualquier tipo que se precie e intentando no pensar con la entrepierna, te das cuenta de que en resumen, el mensaje es que las yanquis son unas guarras que se follan a cualquier tipo feucho porque tiene acento inglés.

Caso 2. Al personaje interpretado por Colin Firth, le ponen unos cuernos del copón y se pira a Francia (parece que a la zona de Marsella) a escribir una novela y olvidar sus penas. La asistenta es portuguesa. Obviamente, se enamoran y blablabla. Pues aquí llega mi confusión y que alguien me corrija si ha visto la película y me equivoco. Nada más llegar a Londres, se da la vuelta dejando a su familia plantada y se pira de nuevo a Marsella (se ve el letrero del aeropuerto, o sea que no hay mucha duda de que es Francia)



Va en taxi a casa de su amada y le sale el padre y la hermana, que le hablan en portugués (Bueno, se puede pensar que es una inmigrante que se ha traído a la familia a Francia) Pero ya por las calles de la ciudad en busca de la amada, los familiares que le acompañan le dicen a todo el mundo con el que se cruzan (os recuerdo, están en Marsella) hacia donde se dirigen. ¡¡¡Y se lo dicen en portugués!!!¡¡¡Y todos lo entienden, se levantan y los siguen!!! Llegan a un restaurante (con una bandera portuguesa detrás de la barra) y el Firth se declara en portugués...¡¡¡Y todos lo entienden. Y aplauden (ese típico momento peliculero que da tanta grima)!!!

Moraleja: o en Marsella hay una colonia portuguesa del copón o el gilipollas de director y guionista ha dicho "va, esto es el sur de Europa, son todos los mismos vagos". Y se ha quedado tan ancho mezclando Francia y Portugal. Lo que no sería de extrañar para un director yanqui. ¡¡¡Pero es que este melón es inglés, coño!!! En fin, hubiera sido tan sencillo como cambiar el letrero del aeropuerto de Marsella por el de, por ejemplo, Lisboa y entonces la historia hubiera consistido en que el personaje va a buscar a su amor a su tierra natal. De este modo el asunto queda, cuando menos, confuso.

En fin, que si no me creo que este tipo es tan tonto para no saber que en Marsella se habla francés, entonces me puede dar por malpensar que la confusión no es un descuido.

sábado, 30 de noviembre de 2013

¿Hacía falta una nueva peli de Superman?

El Hombre de Acero (Man of Steel) Zach Snyder. 2013

Yo, con las películas, debería hacer como los jurados en las películas americanas: no oir nada relacionado con el caso previamente. Porque luego si mi opinión coincide con una crítica, no se si me ha influenciado o, simplemente, comparto por procesos mentales propios esa opinión. Quiero pensar que tengo criterio.

Así que diré que coincido con aquellos a los que El Hombre de Acero (Man of Steel, 2012. Zach Snyder) no les ha dado ni frío ni calor. No es una basura, pero no es una buena película. En una frase, la primera mitad es demasiado coñazo y la segunda es todo explosiones y efectos especiales a cascoporro que marean y embafan (y mira que a mi me gustan los efectos especiales) Es como si alguien va a una boda y se supone que tendría que haber traído tracas y petardos, pero se le ha olvidado. Cuando vuelve de buscarlos dice: "hay que gastarlos, que para eso se han comprado. Los tiro todos a la vez" Y a la gente le revienta los tímpanos de una manera que ni siquiera disfrutan del espectáculo esos que lo flipan con este tipo de fuegos artificiales.

Mira que el director es Zach Snyder. Para mi eso, a priori, ya es una garantía de cierto estilo e intensidad. Todo lo que he visto de él me ha gustado bastante. Ya me gustó su debut con el Amanecer de los Muertos (un remake muy entretenido del siempre sobrevalorado George Romero) Soy rendido fan de 300 (no por los tipos con tabletas de chocolate y en calzoncillos, malpensados) A Watchmen le he tenido que dar un par de vistazos pero cada vez me parece mejor y Sucker Punch (a todo director le toca su fiascazo) me pareció cojonuda (curiosidad: atentos a las increíbles versiones de clásicos que componen su banda sonora) Luego tiene por ahí una de animación de unos búhos (¿eing?) pero como que pasando de verla.


Y llegamos a Superman. Y la primera pregunta viendo el resultado es ¿hacia falta? Yo no soy mitómano. De hecho, ves los supermanes del Christopher Reeve y te entra la risa floja. Y los efectos especiales son como las armas, se avanza a base de probarlas. Y de ponerte tripa abajo sobre una mesa con un fondo de imágenes tomadas por un avión a lo que hacen ahora los putos ordenadores que parece que el tipo vuela de verdad no parece que hayan pasado treinta y tantos años, sino trescientos.
Superman, bearing his traditional red and blue costume, is shown flying towards the viewer, with the city Metropolis below. The film's title, production credits, rating and release date is written underneath.

Pero cuando te cuentan "1,2,3 despierta" y sales del coma inducido por unos efectos brutalmente conseguidos, nos quedamos con una historia que no nos aporta nada a lo que ya sabíamos y en la que se recrean demasiado (claro, porque sale Rusell Crowe y quería sus minutos de protagonismo): que si Kripton va a petar, que si te envío a la Tierra por la vía rápida, que si te a buscar unos exilados que en la Tierra son tan fuertes como tú (me suena a mi de cuando vi Superman 2)

Y un fallo muy gordo es convertir la relación Clark Kent-Superman en un clon de la dualidad Bruce Wayne-Batman. Ya no es un muchacho de Kansas tímido sino un ser atormentado por su pasado. ¿Casualidad? Pues me temo yo que el hecho de que el director y guionista de la última trilogía de Batman (Christopher Nolan) sea el productor y guionista de El Hombre de Acero ha hecho que se haya copiado a sí mismo (las de Batman son tan buenas que se le habrá gastado el "celebro") Vamos, que parece a veces que estés viendo Batman 4.

En cuanto a los actores, Henry Cavill está normal (que no digo que mal, pero que tampoco es para flipar), la Amy Adams me cansa (que sale en todos los lados) y de malo está el Michale Shannon, estereotipado de malo del copón (versión, soy cabrón pero por vuestro bien) pero porque no le queda otro remedio. De todas maneras, su propio físico y el hecho de que sea un buen actor (tenéis que ver Take Shelter) hace que sea de los mejorcito de la función. Russell Crowe hace de Gladiator.

Comparando, me quedo con la anterior película de este superhéroe, Superman Returns, de Bryan Singer (el de los X-Men, trilogía igualmente cojonuda) No se recrea en el pasado, cuenta una historia nueva, tiene a Kevin Spacey de Lex Luthor... Y eso que también es flojeta. Así que os podéis imaginar el percal.

lunes, 25 de noviembre de 2013

Recreativos, indie, amor y Manga (Scott Pilgrim contra el Mundo, Edgar Wright, 2010)

Como en una buena receta de cocina (se nota que soy un tripero) hay que saber elegir los elementos, combinarlos y luego, cocinarlos. Especialmente en platos que combinan muchas materias primas y que si no paras cuenta te pueden embafar. Después de esta metáfora tan elaborada (me duele la cabeza del esfuerzo), tengo que decir que el director inglés Edgar Wright es un cocinero de puta madre. Y que su película Scott Pilgrim contra el Mundo (Scott Pilgrim vs The World, 2010) es un plato exquisito.

Está basado en un cómic. Pero yo no lo conozco. Mejor, así paso de hacer la comparación y me quedo con este Scott Pilgrim como película. A priori, un film que mezcla espíritu de videojuego Arcade de máquinas recreativas, estética de cómic manga, música independiente, cine de acción y comedia adolescentil ¡¡¡romántica!!! podría convertirse en un batiburrillo del copón. Pero Wright se lo curra (iba a poner algo de fogones pero ya no me sale de los cojones seguir con la alegoría gastronónica); como digo, Wright se lo curra y hace una película entretenida, divertida y muy original.

Tengo 40 tacos, mi romanticismo empieza y acaba en el escroto, nunca me han interesados los comics (como mucho, los tebeos cuando era zagal) y era malo a rabiar jugando a las "maquinetas", como decíamos en mi pueblo. Eso os lo digo para que veáis lo lejos que estoy yo de una película con los elementos que os he descrito hace tan solo unas líneas. Eso sí, más o menos me gusta el tipo de música y de ahí que me he bajado la banda sonora echandostias.


File:Scott Pilgrim vs. the World teaser.jpg

Ayuda a la película un reparto encabezado por Michael Cera, que encaja perfectamente en el papel de "lánguido" modernete. En mi afán por no joder la película no os contaré casi nada de la trama. Es algo que me jode sobremanera de la gente que va por ahí haciendo "críticas" (¡¡¡tío, para explicarme si está bien o no, no me cuentes la puta película!!! Y, además (ventaja importante) estos artículos se acortan. Pero sí os diré que el personaje interpretado por Cera conoce el amor y tiene que luchar por él. Un tema muy manido pero que está resuelto con unos grandes aciertos visuales, unos diálogos ágiles y con gracia y unas dosis de acción que nadie se espera a priori.

Quiero destacar una banda sonora con varios temas de una fake band (banda de mentirijillas) que tienen tres actores de la película: Sex Bob-om. No existe pero debería existir porque la media docena de temas que cantan son cojonudas, no, lo siguiente. Además, no falta Frank Black (The Pixies), Beck; e incluso T-Rex y Rolling Stones. Los temas encajan totalmente con el rollo de la película.

A veces no sé qué coño quiere decir alguien cuando habla de una película "fresca" pero creo que Scott Pilgrim vs The World es la película en la que yo podría emplear ese adjetivo.

Qué peligro que tiene el Besson (Lockout, James Mather y Stephen St. Leger. 2012)

Si algo peor que una americanada hecha por yanquis, es una americanada hecha por franceses. Es lo que pasa al imitar un cine, en este caso de acción, que no es el de uno: se cogen tópicos ya manidos en las producciones de Hollywood y se exageran aún más hasta que parecen salidos de la mente de un zagal de ocho años. Ya nos pasó a los españoles e italianos con las películas del oeste. Los westerns con los estereotipos más brutales se rodaron en Almería y no en Colorado. Para colmo, estas imitaciones suelen ser aburridas de cojones. Yo no sé qué le pasa a los franceses cuando hacen cine. No se dan cuenta de que en una película de acción no te puedes pasar la mayor parte del metraje charra que te charra. ¡¡¡Coño, quiero ver hostias como panes!!! ¡¡¡Y las quiero ver ya!!!

A Luc Besson le deberían poner una orden de alejamiento de cualquier aparato, mecanismo, chisme, persona o instalación que tenga que ver con el cine. Se casca cada bodrio que se queda solo. Y siempre plagiando, imitando y deformando los géneros cinematográficos, que están ahí tan tranquilos hasta que viene el tipo y los destroza.

Algunas de sus primeras películas francesas no estaban mal (El Gran Azul, Subway, Nikita) pero fue poner un pie en Hollywood e írsele la pinza. Y lo peor es que el tipo se toma en serio. Porque cuando no comete crímenes contra la retina como director las engendra como productor, animando descabelladamente a pequeños Luquitos-Besson a hacer las mismas franco-americanadas que su papá.


File:Lockout film poster.jpg

Producción suya es Lockout, protagonizada por Guy Pearce y dirigida por James Mather y Stephen St. Leger (que no tengo ni pajolera idea de quiénes son) Tenemos una prisión espacial en un futuro cercano en la que están los más malos de la Tierra (toda una ristra de villanos de cartón-piedra). Tenemos a un agente especial más duro que el granito rebozado de titanio al que se le ha tendido una trampa culpándole de algo que no ha hecho (una mezcla bastarda con unas gotas de Harry el Sucio, otras del John McLane de la Jungla de Cristal y unos toques de Martin Riggs de Arma Letal). Y, rizando el rizo, tenemos a (redoble de tambores) ¡¡¡la hija del presidente de los Estados Unidos que pasaba por allí y que es cogida como rehén!!!

La trama de la película es...ya no hay más. Con ese batiburrillo, los malos son más malos que en las películas yanquis; los buenos, más duros y cínicos que en USA; las explosiones más ruidosas...y el tedio también es mayor. Vamos, de esas películas en las que me cabreo solo como un mono al final por haber perdido tan miserablemente el tiempo.

Mira que a priori me tira el rollo ciencia-ficción y leña aunque sea para pasar el rato. Pero este tipo (como tantos otros mediocres) me lo pone muy difícil.

sábado, 23 de noviembre de 2013

Apocalipsis casero (Los Últimos Días, Álex y David Pastor, 2012)

No puedo evitarlo. La perspectiva de una película apocalíptica me la pone dura. La putada es que, en general, suelen ser tan malas (y no por baratas, que a veces también, sino por mal resueltas) que al final me producen un destrempe total. Pero la premisa argumental de "salvese quién pueda", de que la vida como uno la ha conocido se acaba un día de golpe, no deja de ser una especie de catarsis. A algunos les permite encontrar un sentido a su vida; sentido que no tenía en su existencia "normal" previa, mientras luchan por la supervivencia.

Quizá es eso lo que me mola. En mi subconsciente me veo como el héroe cuando, por mi perfil, sería más bien al que muerde el zombi en el segundo 30 de película o el que la palma del virus pandémico a las primeras de cambio. Pero de ilusión también se vive. Aparte, está mi teoría de que para que este planeta vaya bien tiene que pegar un petardo del copón que barra a los humanos (a la mayoría de ellos, al menos) de la faz de la tierra.



He visto la película española "Los Últimos Días", de los hermanos Álex y David Pastor. Y me ha sorprendido agradablemente. No inventa nada. Pero es que el inventar y el ser original está sobrevalorado. Yo lo que espero de una película es que sea buena; no solo que se deje ver sino que sea interesante, que te mantenga atento. Si empiezo a mirar el móvil para jugar al Apalabrados, mala señal.

Ya me había gustado bastante su anterior película "Infectados" (Carriers), Made in Hollywood con jóvenes actores yanquis (alguna cara adolescentil conocida) Una de virus que se carga a la peña a pasos agigantados. Huyendo totalmente de efectismos, tripas y sustos fáciles había un intento de aproximación moral y psicológica a eso de ¿miramos por nosotros mismos y que le den por culo a los demás?¿Hasta que punto nos fiamos del resto de gente que nos cruzamos por el camino?¿Vale la pena seguir viviendo en un mundo de espiazado? En fin, se dejaba ver con esa sensación agradable de que no se te han reído en la puta cara.

Eso sí, ya sé que no tiene nada que ver con la película pero que a un film apocalíptico sobre un virus, le siga otro fin apocalíptico sobre una enfermedad es, cuando menos, fijación de estos directores. A ver de qué va la tercera. Igual es que están haciendo una trilogía.

La premisa de la película es interesante, al mundo mundial le da un ataque de agorafobia y no se pueden moverse de donde porque han generado pánico a los espacios abiertos. Solo se mueven por túneles y estaciones de metros, cloacas, interior de edificios... Bueno, es un pelín más original que lo de los virus, los zombís y por ahí. Desde ahí, vemos la lucha del protagonista para encontrar a su novia. Su viaje se convertirá una odisea. Lo dicho, nada nuevo bajo el sol. Pero la película es entretenida (no bostecé ni una vez)


¿Ventajas? Unos actores españoles buenos y que lo hacen bien. Normalmente, en Hollywood, estas películas les tocan a adolescentes que quieren pegar el salto y actores secundarios. En bastantes ocasiones, la capacidad interpretativa es justica. Como la industria española es infinitamente más limitada, el resultado es que esta película cuenta con buenos actores que podrían estar en cualquier otro tipo de película (de hecho, lo han estado) Ahí tenemos a Quim Gutiérrez, que lo hace de puta madre; José Coronado, que no es santo de mi devoción pero que tiene un puñado de papeles que para mi ya lo reivindican (Caja 507, No habrá paz para los malvados...) y la siempre maravillosa Marta Etura. Claro, buenos actores, buenas interpretaciones. Y eso ayuda, y mucho, al film.

Por una vez, la ciudad apocalíptica no es Nueva York, Los Ángeles o Philadelphia. Es Barcelona. Una Barcelona reconocible, con nombres propios de lugares. Los directores no la esconden, como pasa en otras producciones que aspiran a ser internacionales y en las que tienen la sensación de que una ciudad española no es suficientemente cool. Y una anécdota, se oye hablar en catalán en momentos del cine, integrado perfectamente en los diálogos que generalmente son en castellano. Una normalidad en la convivencia lingüística de la que más de uno debería aprender.

Como pequeña crítica; en algún momento de la película creo que la gente se ha "asilvestrado" demasiado para hacer solo tres meses que se produce la catástrofe. Hay casos en los que creo que el proceso de degradación se les va de las manos. Aunque he de decir que son casos puntuales y que, en general, el proceso de degradación es verosímil.

Películas como ésta son necesarias. No todo va a ser Guerra Civil, putas y travestis. Comercialidad con calidad es una buena receta a mi entender. Y por eso agradezco a los hermanos Pastor; pero también a Álex de la Iglesia, Jaume Balagueró, José Antonio Bayona y tantos otros que le hayan echado pelotas y se hayan atrevido con este tipo de películas de "género", que no tienen nada que envidiar a ninguna producción extranjera.

martes, 19 de noviembre de 2013

Mendes vs Mendes (Un Lugar donde Quedarse, 2009 vs Skyfall, 2012)

Recientemente he visto las dos últimas películas de Sam Mendes: Un Lugar donde Quedarse (Away We Go, 2009) y Skyfall (2012) La primera me sorprendió agradablemente y la segunda me aburrió bastante. Obviamente, no tienen nada que ver con las dos obras maestras que son las dos primeras películas del director inglés American Beauty (1999) y Road to Perdition (2002). La segunda, sobre todo, me parece la hostia. Pero como suelo decir, películas normalitas de directores buenos le pegan mil vueltas a la mejor película que pueda hacer un mediocre.

Tanto Un Lugar para Quedarse como Skyfall son películas de género: la primera es una comedia y la segunda, una cinta de aventuras, sección espías, apartado 007. En la primera se gastó 7  millones. En la segunda, 200. Ya son puntos de partido distintos que pueden marcar un film, dando libertad en el primer caso y restándola, precisamente, en el segundo.

Away We Go cuenta la historia de una pareja que se quiere y va a tener un hijo. Un punto de partida que visto el panorama de la comedia romántica actual puede dar pavor a priori. Porque se han cometido muchos crímenes contra la humanidad en el cine tomando el nombre del Amor en vano. Pero Mendes no empalaga y nos retrata a una pareja que simpática por méritos propios, especialmente cuando vemos que superan unidos obstáculos en forma de parientes tarados de la cabeza.

Away we go poster.jpg
Frases como "el amor todo lo puede", "Si estamos juntos, no nos hace falta nada más", que han sido manipuladas, almibaradas, pervertidas, sodomizadas y destrozadas en tantas mierdas color merengue, aquí son totalmente lógicas y creibles. No es película de carcajada pero sí de sonrisa amable.

No estaba tan fino el director en la última (hasta ahora) película de 007. Y es que ya son 23 y no saben qué coño hacer para que no nos suene el tema a "más de lo mismo". Que si un agente James Bond (Daniel Craig) más rebotado y malote que nunca, que si una M (ese pedacho de actriz inglesarrrl que es Judi Dench) que pasa de ser un busto a ser una persona con sentimientos e historia bajo su dureza aparente, que si un villano encarnado por un Javier Bardem que no sabes si lo hace como el culo o lo borda (así de confusa es su actuación y el papel que le ha tocado al pobre)...

The poster shows a man wearing a tuxedo and holding a gun, standing in front of an image that looks like it was taken from the inside of a gun barrel, with the London skyline visible behind him. Text at the bottom of the poster reveals the film title and credits.

Al final, con ese colmo de rizar el rizo que es seguir haciendo películas de James Bond a estas alturas, me tengo que centrar y dejarme de paranoias. LA PELÍCULA ABURRE. Y eso lo dice todo en una película de acción que, además, tiene algunas escenas de acción remarcables. Pero, en general, la película es bastante tostón. Es lo que pasa cuando pillas a un director/autor para una película en la que quién la dirige debería ser lo de menos.

Este es un gran error. ¿Cómo un reputado director deja su huella en una enésima secuela pero a la vez conserva la espectacularidad y el entretenimiento de una película de género? No sé la fórmula. Y, al parecer, Sam Mendes, tampoco.

viernes, 25 de octubre de 2013

Percy Jackson y el Ladrón del Rayo ("Percy Jackson and the Lightning Thief", Chris Columbus -2010-): Grandísimo hijo de Potter

No soy fan de la saga de Harry Potter. Ni de los libros, ni de las películas. De las últimas he visto algunas y, por lo general, me parecen aburridetas. Pero, claro, cuando sale algo "nuevo" y lo peta les falta tiempo a los copionetas de turno para ir a remolque. Y esta gente que rellena libros como quien embute chorizo pero sin una pizca de imaginación, suele hacer copias malas de algo original que ya de por sí no era la hostia.

En el caso de "Percy Jackson y el Ladrón del Rayo" este plagio "moral" canta como una almeja. Empezamos mal si de primeras repetimos en el título de la película el formato "Perico y los Palotes de Maracuyá" que ya pudimos apreciar en el señor Potter.

Ambos héroes con picores genitales son verdaderos losers en su vida "real" que esconden una identidad secreta a lo Superman. El Potter es un mago del copón. El Jackson, un semidios hijo de Poseidón. El primero asiste a Howarts para aprender los secretos de la magia. El segundo, el campamento "Half Blood" (media sangre) para entrenarse y desarrollar todos sus poderes divinos. Los dos cuentan con fiel escudero y jovencita aguerrida como compañeros. Y la letanía de sospechosas similitudes se haría tan aburrida como lo es la película.

Se copia el fondo; y se copia la forma. Como contar con actores consagrados con cara de despistados para los papeles "viejunos". Por ahí desfilan Pierce Brosnan, una espectacularmente guapa Umma Thurman, Catherine Keener, Sean Bean, Kevin McKidd, Rosario Dawson, Steve Coogan y no sé cuántos más. Obviamente, con personajes que salen dos minutos poco pueden hacer más que rellenar los títulos de crédito.



File:Percy Jackson & the Olympians The Lightning Thief poster.jpg

Lo que más me jode es lo poco que se lo curran ahora algunos para hacer peliculetas para jóvenes. Como el escritor Rick Riordan que aquí no duda en violar la mitología griega para forrarse el riñón. Aquí sale de todo: el minotauro, medusa, el barquero de Estigia, Zeus, Poseidón, Atenea... Vaya ley del mínimo esfuerzo. Claro, ¿para que inventarse unos personajes si ya los griegos lo hicieron hace miles de años? Me cojo los dioses y héroes griegos, los rebozo de estética Crepúsculo, me los llevo a Nueva York y a tomar por culo bicicleta, qué bien me ha quedado este mejunje y me lo empiezo a llevar calentito.

Y no me vengáis con que es una película para zagales y que yo no lo soy. Para mi, las películas son buenas, o no lo son. Y ésta, no lo es. Lo que más me jode es que aburre, cuando estos films se supone que son entretenimiento puro y duro. Pero, claro, está basada en una saga de trescientos libros y ya este año han sacado la segunda parte. Que la pasta manda.

Puestos a ver sagas de libros en plan peli, os recomiendo "Los Juegos del Hambre". Me sorprendió muy gratamente. Pero mucho. Tanto, que la quiero volver a ver y así os la comento.


jueves, 24 de octubre de 2013

Pasos de Baile ("The Dancer Upstairs, John Malkovich -2002-): Tropezón

Pasos de Baile (The Dancer Upstairs, John Malkovich -2002-) es el debut como director del famoso actor. Lo podría haber hecho peor. Pero no mucho peor. La película es una marcianada: director americano, actores predominantemente españoles interpretando personajes latinoamericanos que hablan un inglés (yo veo las pelis en versión original, soy así de chulo) de guachiguari. Un escritor inglés llamado Nicholas Shakespeare (si su tatatatarabuelo levantara la cabeza...¡¡¡es broma, no sé si están emparentados) que se autoputea mutilando su propia novela. Bueno, así solo tendrá que mirarse al espejo para echarle la culpa al responsable de un guión en el que el autor se ha hecho, básicamente, la picha un lío.

Nos situamos. País latinoamericano sin especificar. Y a partir de ahí no me ha quedado claro nada más. Después de dos horas de peli no sé si se trata el país está en una dictadura o una democracia caciquil y capitalista; si los revolucionarios son terroristas, miembros de una secta o psicópatas a lo Viernes 13, dada su facilidad para cargarse a quién les da la gana sea lo importante que sea. 

La policía secreta, encabezada por Javier Bardem, y encargada de buscar al terrorista, está compuesta por hermanitas de la caridad (hombre, no me jodas). Sus agentes son buenas personas respetuosas con los derechos humanos. Nada de interrogatorios a base de guantazos con la mano abierta. Ahí nadie tortura, solo se pregunta. Hombre, llamadme mal pensado, pero es algo difícil de creer que en países como el que parece retratar Pasos de Baile, la pasma parezca más bien una ONG.


En el lado opuesto, un líder terrorista mesiánico de cartón piedra que sale dos veces puntuales para soltar frases vacías típicas de villano de peli de Chaka Chaka Norris a lo Delta Force. Solo le falta decir: "Mira, que soy más malo que Barrabás, ¿eh?, que no sabes con quién te juegas los cuartos". No duda en utilizar niños y adolescentes que se autoinmolan en aras de la revolución. Vamos, que la peli toma tanto partido que solo le falta al director y al guionista poner en fila a los policías y chuparles el rabo.

De todos modos da igual, porque la investigación es tan solo una parte intermitente (poco creible y mal desarrollada) de una película en la que cabe todo. Sí, amigos, también el puto amor. A Bardem le da tiempo de adorar a su familia, follarse a una puta (interpretada por una actriz española, Natalia Dicenta, que le podría dar clases de inglés a sus colegas de reparto) y enamorarse de otra mujer. No hay conflicto moral de ningún tipo. Así que llega un momento que Bardem parece que interprete tres personajes distintos y que ninguno de ellos sepa de la situación sentimental de su "clon".

Se convierte, pues, en una película en la que las cosas "pasan" y ya está. Joder, para qué intentar que tenga sentido alguno. Vamos, es más inconsistente que unas natillas al sol. Y aburrida. El Malkovich mejor que siga actuando, que de eso sabe. 

miércoles, 23 de octubre de 2013

Blancanieves (Mirror Mirror, Tarsem Singh -2012): Blancanieves versión 2.0

¡¡¡Por diox bendito!!!¡¡¡Una película en Tele 5!!! Casi me ha dado un soponcio al enterarme. Y la recaída del soponcio ha venido cuando me he enterado que era lo mejor que había en la tele. Eso sí, que el film en cuestión no me ha cambiado la vida, como era de esperar del basurero en el que se ha convertido esta cadena de televisión. ¿Será por eso que Blancanieves ("Mirror Mirror, Tarsem Singh" -2012) ha sido incluso mejor de lo que esperaba?

Obviamente, esta versión se hizo para que Julia Roberts se luciera como Madrastra. Y es que el tiempo pasa para todos y aún actrices como ésta que son buenas y, además, lo están, se tienen que buscar la vida para tener proyectos en el que participar. Y no es que la Roberts pase a la historia por este melindre, pero al menos ha tenido la oportunidad de dar un recital dando con el toque perfecto a su papel. Es una mala de cuento pero no cae en la caricatura. Además, como el espejito también tiene su rostro, aún puede añadir otro registro más. Así que da la sensación que se lo pasó bien, y eso se transmite en la película.

Claro, estamos hablando de Blancanieves, de la que se habrán hecho cuarenta versiones en dibujos y con actores reales, con la pesada losa de Disney y sus primeros pasitos de la mano de los hermanos Grimm en el siglo XIX. Es decir, que todo está inventado. Así que se han sacado algunos ases de la manga para "actualizar" esta historia tan conocida.



File:Mirror Mirror FilmPoster.jpeg

Blancanieves sigue siendo lerda de tan buena, pero aquí le dan mayor protagonismo, muestra su lado guerrero e incluso se permite el lujo de cambiar la historia del beso. El príncipe aquí es bastante tontorrón, incluso con cierto toque paródico. Y los enanitos se transforman en bandidos. Pero vamos son puesta al día de la historia a lo "Sexo en Nueva York". Porque en el caso de la serie, las pedorras al final tienen las mismas aspiraciones que en una novela de Jane Austen, por mucho que vayan de modernas y trasngresoras.

El director también aporta lo suyo. En vez de poner al típico gris en nómina de los estudios se optó por Tarsem Singh, director indio que no es que sea la hostia pero siempre dota a sus películas de un potentísimo estilo visual. Muchas de sus imágenes parecen cuadros. E incluso me pareció ver un homenaje a Gaudí en los cascos de los soldados del reino. Son muy parecidos a las chimeneas/soldado de La Pedrera (Barcelona) Sabréis de lo que os hablo si veis otras películas del cineasta como La Celda (con la culona de JLo) e Immortals (que me recordó demasiado a 300, pero en malo)

Así que una Julia Roberts que se encuentra suelta + un director que filma estampas bonitas = película para pasar un miércoles por la noche.




martes, 22 de octubre de 2013

La Sombra del Reino/The Kingdom (Peter Berg 2007): Oriente y Occidente a hostias

Cada vez que veo La Sombra del Reino (The Kingdom, en inglés) me gusta más. Me la encontré un día por la tele de casualidad y me quedé totalmente enganchado. Sin ser una obra maestra, sí que une calidad artística y comercial; algo que, tristemente, es excepción y no regla. La película se afilia en la nómina de thrillers políticos, rama terrorismo islámico y cuenta cómo un equipo del FBI investiga un doble atentado (vagamente inspirados en ataques reales)

Hay una historia política, de intereses de las altas esferas de EEUU y Arabia Saudí. Contrastan con el trabajo a pie de calle de los investigadores de uno y otro país que ven como desde arriba no solo no les ayudan sino que les ponen piedras en el camino. Al contrario que en otras películas similares, la trama no es liosa y se sigue facilmente. A la vez, tiene lógica, lo cuál se agradece. Paralelamente, tenemos la historia de amistad de policías de culturas y países muy distintos a los que acaba uniendo sus puntos en común más que separando sus diferencias.

Obviamente, desde USA no se puede hacer una película de este tipo sin que haya algo de tufo a "americanada". En este caso es destacable que ese tufo apenas se huele. Incluso se intenta dar cierta voz a los terroristas sin caer demasiado en la caricatura, tipo malos de pelis de Chaka Chaka Norris.

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Lo mejor de la película, sin duda, son los actores. Jamie Foxx se está convirtiendo en un actorazo del quince. Chris Cooper hace siglos que lo es. Pero quiero destacar cómo se lo curra Ashraf Barhom encarnando al principal personaje de la parte "árabe" del film y el trabajo de Jennifer Garner y Jason Bateman. Ambos lograron desencasillarse de sus típicas comedietas ñoñas.


La película es intensa (otro logro en un cine actual en que las películas de entretenimiento aburren, que ya tiene cojones) Hay tiempo para espectaculares escenas de acción que se combinan muy bien con las de "hablar". Los personajes no son de cartón-piedra.

Aunque, obviamente, esta película no llega a la profundidad de denuncia de otras como Syriana (es más bien inofensiva en un tema en el que se podría meter mucha caña) tampoco cae en lo fácil. En un momento, niños de ambos lados son aleccionados para que, cuando sean mayores, "maten a todos sus enemigos". Ergo, la violencia se retroalimenta y se eterniza. Algo que da que pensar.

The Kingdom está dirigida por Peter Berg, actor sin mucho éxito cada vez más volcado en esta nueva faceta. Suya es Very Bad Things, una peliculeta que a mi siempre me ha gustado aunque pasó sin pena ni gloria por las carteleras cuando se estrenó a finales de los noventa. Si podéis, echadle un vistazo. Aquí, se empapa del estilo épico de Michael Mann (que es productor de la cinta) en películas como Collateral o Heat (otros grandes ejemplos de buen cine comercial. Sí, ¡¡¡esos conceptos pueden ir juntos!!!) En algunos momentos, todo tiene un tono casi documental para añadirle veracidad.

Muy muy me gusta

miércoles, 16 de octubre de 2013

El Discurso del Rey (Tom Hooper, 2010): Superación "Real"

Mira que me lo temía. Pues nada, que no aprendo. Hacía tiempo que quería ver "El Discurso del Rey". Por eso de que lo petó en los Óscar y porque salen varios actores que para mi son muy buenos (Geoffrey Rush, Colin Firth) Pero, o yo no estaba para reyes ingleses o, simplemente, es que está sobrevalorada porque a mí no me ha parecido para tanto.

Y he caído en la cuenta de que, muchas veces, que una película triunfe en los premios de Hollywood no significa automáticamente que valga la pena. Incluso hay ocasiones en el que es al contrario. Porque me da la sensación de que los Óscar son como las Olimpiadas, todo está amañado de antemano.

Reflexionando, no me extraña que la película triunfara entre el público anglosajón. A los yanquis les gusta porque mantiene el estereotipo que tienen de los british pomposos (aunque luego hay que ver el rollo que se traen con sus presidentes) Además, es una historia de superación: un rey al que no te tocaba subir al trono y, para más inri, teniendo que superar sus problemas de tartamudez que le han atormentado desde su infancia. Teniendo en cuenta que tiene que dar discursos en público en un periodo tan jodido como la II Guerra Mundial. Complicado pe-pe-pedir al pu-pueblo brita-tanico que sea valiente con cierta credibilidad. No lo digo yo, es la sensación que destila la película.

Y es que en Estados Unidos les ponen las historias de superación, sea un pobre chico de barrio que deja las calles y se redime como empresario rico, deportista de élite o artista con talento; el político que vence contra todo pronóstico a su rival; los pobres del país chungo de turno que escapan de la guerra... Vamos, que si encima está "basado en hechos reales" el éxtasis es total.

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El problema es que está película de Tom Hooper (no confundir con Tobe Hooper, el de La Matanza de Texas, no es el mismo rollo) es demasiado plana. No tiene chispa. Parece un telefilm. No me creo en ningún momento la "supuesta" relación de profunda amistad entre el rey y su logopeda. Y claro, yo voy, me aburro y me dedico a otra cosa. Mala señal si me quedo con la tele solo como telón de fondo (bueno, otros se machacan el cerebro con ¿Quién quiere casarse con mi hijo?.


Como suele pasar en este tipo de películas con presupuesto, salvan algo la papeleta actorazos como Colin Firth (haciendo de Jorge VI), Geoffrey Rush (logopeda de extraños pero efectivos métodos) secundado por otros igual de solventes como Guy Pierce (Eduardo, quien fue rey por muy poco tiempo al insistir en casarse con una divorciada yanqui), Timothy Spall (que hace de Churchill) y Michael Gambon (Jorge V, el padre)

Mención aparte merece Helen Bonham-Carter (que la tía ya tiene nombre aristocrático de serie) Demuestra que es una actriz versatil, algo complicado porque últimamente solo le tocaban papeles de pirada cortesía, entre otros, de Tim Burton.

En fin, pilarín, que me esperaba más. Una nueva razón para confiar en mi primer instinto de mosquearme si voy a ver una peli  de Óscar.


martes, 15 de octubre de 2013

Savages: Emporrados a tres bandas

Savage (Oliver Stone, 2012) es la última película hasta ahora del famoso director norteamericano. Y comparte una cosa con las demás películas que he visto de él: es demasiado larga. Y recalco, demasiado. ¿Cuál es el problema fundamental de una película demasiado larga? Pues que el ritmo es irregular y se puede caer en el aburrimiento. Mala señal si me pongo a jugar al Apalabrados mientras estoy viendo una peli.

No soy especialmente fan de Oliver Stone. Algunas películas suyas están bien, especialmente esos thrillers políticos que tanto le gustan. Será porque parece que le gustan ese tipo de películas que cuando hace otras a veces se nota demasiado que son de encargo. O es la sensación que da. El problema cuando le das una película alimenticia a un director de larga carrera es que querrá dejar su sello. Y eso no tiene porque ser bueno.

Tenemos un triángulo amoroso entre dos amigos de toda la vida que trafican con marihuana y la típica rubia playera. A estos surferos les llega la proposición de un cartel mexicano para colaborar en los negocios. Ellos se niegan y secuestran a la chica. Sobre esa premisa podría haberse montado una película de acción de pim-pam-pum en horeta y media y sanseacabó. Encefalograma plano y un ratico entretenido. El problema es que Stone estira como el chicle esta historia que en manos de otro se quedaría en un cortometraje, se empeña en hacer hablar a unos personajes que son estereotipos, así que la cosa no encaja.

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Uno de los jóvenes traficantes es un idealista que reinvierte dinero de sus negocios en ayuda humanitaria en países del tercer mundo (emmmmm si, claro, lo habitual). El otro es un veterano de Vietnam y Afganistán. Por lo tanto, uno es el cerebro y otro los músculos. Y la rubia se los trinca a los dos porque cada uno le aporta algo distinto al otro. 

Si se aguanta la película es por los actores. Tener a Benicio del Toro, cada vez más atocinado (¡¡¡cómo le encantan estos personajes de guarro!!!) es un lujo; así como a una ya veterana Salma Hayek a la que vemos muy poquito en el cine. John Travolta hace un personaje poco agradecido como agente corrupto de la DEA al que le saca bastante partido. El tío está valiente y sale hasta calvo (sin los putos peluquines chungos que lleva desde hace años) El trío protagonista es solvente: Taylor Kitsch (el duro), Aaron Johson (el idealista) y Blake Lively (la surfera)

Como suele ser habitual en las películas de Oliver Stone, la banda sonora está muy cuidada con interesantes versiones de clásicos como Here Comes the Sun, a cargo de Yuna y Psycho Killer, por Bruce Lash.

Si no fuera tan larga serviría para pasar el rato.

Bunraku: Mucho salto y pocas nueces

Me ha sorprendido que Bunraku (Guy Moshe, 2010) no está basada en ningún cómic. Esta película protagonizada por Josh Harnett, con secundarios de lujo como Woody Harrelson, Ron Pearlman y Kevin McKidd, es deudora (para mal) de otros films más afortunados, con una estética espectacular y basados en viñetas. Me refiero a Sin City y 300, casualmente ambos obras de Frank Miller y, en mi opinión, clásicos del cine contempóraneo.

Bunrake pasó justamente sin pena ni gloria por las carteleras. Nunca pilla el tono. Se mueve entre la parodia de las películas de acción, la estética cómic adaptada al cine con la ayuda de efectos especiales cada vez más sofisticados, el spaguetti western (con la figura del forastero sin nombre), las películas de samurais, los films posapocalípticos... Y claro, o tienes claras las ideas cuando empiezas a mezclar o te sale un pastiche del copón. Como es el caso. La película destila, sobre todo, confusión.



Los personajes son clichés con patas. No creo que los actores supieran si el director y el guionista se tomaban en serio sus personajes o estaban de cachondeo, así que nunca le pillan el punto a sus roles. El espectador no se entera mucho de lo que pasa, solo ve una sucesión de conversaciones poco interesantes, escenas calcadas (en espíritu) de otras películas y múltiples peleas filmadas con la típica cámara tembleque. Eso sí, bien coreografiadas.

No os recomiendo que perdáis el tiempo con ella. Con que lo haya hecho yo, es suficiente. Es solo apta para amantes del cómic moderno, los tuttifrutti visuales y un listón de exigencia tirando a bajo.