jueves, 3 de abril de 2014

Esta Casa (Blanca) es una ruina

Olympus has fallen (Antoine Fuqua, 2013) vs White House Down (Roland Emmerich, 2013)

Siempre me ha hecho gracia esto de que salgan a la vez dos películas clavadas. Supongo que serán rollos de puteos entre estudios de cine. Flaco favor para el espectador porque excepto en el honroso caso de Las Amistades Peligrosas (Stephen Frears) y Valmont (Milos Forman), directamente se podrían ahorrar el hacer no solo dos películas sino ni siquiera una. Para muestra, un botón: Armaggedon/Deep Impact.

Pues lo mismo pasa en esta ocasión. A dos lumbreras sobrados de creatividad se les ha ocurrido hacer en el mismo año dos películas sobre asaltos a la Casa Blanca. Y las dos son basura, aunque si White House Down es una mierda, hay que decir que Olympus has fallen es una PUTA mierda.

Y la lógica dicta que no debería ser así, a priori. Olympus... está dirigida por Antoine Fuqua, que no es Scorsese precisamente, pero desde que dirigió Trainning Day parece que se le había sacado del apartado "artesanos de la acción al servicio del actor repartehostias de turno". Esta película demuestra que lo deben devolver urgentemente a ese cajón. También tenemos a dos actores solventes que han sabido demostrar su versatilidad...en otros trabajos: Gerard Butler y Aaron Eckhart. Poco pueden hacer con los papeles de cartón-piedra que les han tocado.


File:Olympus Has Fallen poster.jpg

Dejando a un lado la curiosidad de que el papel principal de héroe americano que se carga el solito a todos los malos que ni el Ejército ni la policía pueden cargarse, lo interpreta un actor escocés (será que no hay actores yanquis), la película es infumable, lenta y aburrida. Los malos malísimos son unos terroristas norcoreanos que, con dos cojones, logran ocupar la Casa Blanca y retener a toda la Cúpula del Gobierno de los Estados Unidos: presi, vicepresi, Secretaria de Estado, Jefe del Ejército y hasta un bedel que pasaba por ahí... Vamos, un pleno al quince. A pesar de la improbabilidad de que algo tan brutalmente inverosímil suceda, no hay ni pizca de sentido del humor en este film, que se toma patéticamente en serio. Añadimos los efectos especiales de Play Station 1 y ya tenemos la puta mierda servida.

Claro, con estos mimbres, no me extraña que me caiga simpática White House Down, de Roland Emmerich, que me parece una mierda, a secas. El director alemán es como ir a un McDonald's: te puede gustar o no, pero ya sabes lo que te espera. No te engaña. Sabes que toca un mainstream recaudador de perras de encefalograma plano: cámara mareante, música estridente, cámaras lentas, chistes malos, niños repelentes... Pero, precisamente por eso, sale ganando en este particular duelo

Emmerich no se toma en serio y no se nos toma en serio. Yo creo que se lo pasa de puta madre haciendo la misma película una y otra vez, vaya de Cataclismos, invasiones alienígenas o los pobladores de la tierra de hace 10.000 años. Y eso se nota. Nos da una palmadita en el hombro y con mirada cómplice nos dice: hey, que estamos pasando el rato, ¡¡coge otro puñado de palomitas!! Es un tipo entusiasta que ya en Alemania hacía película pseudo-yanquis. Transmite buen rollo porque cada película confirma que él ha cumplido su sueño. Está en Hollywood, coño.

Se permite algunas licencias que hacen que la película sea menos indigesta y que solo su condición de extranjero justifican. Me pone a Jamie Foxx de presidente negro (guiño a Obama, supongo) y lo convierte en un tipo llano y simpático. Al presi de la otra película (rubio de mandíbula cuadrada) le había pasado una desgracia 18 meses antes del ataque. Aún no se ha recuperado y va y que le invaden la casa unos ocupas con mala hostia. Así que está todo el rato entre circunspecto, estupefacto y reconcentrado (toma despliegue, he estado mirando el Diccionario RAE). Así que llega un momento en que hasta nos apetece que le peguen un tiro.

File:White House Down poster with billing block.jpg

El héroe en este caso es Channing Tatum (nombre muy USA por cierto, a lo Chip o Skip), un tipo agorilao mil veces peor actor que Butler, pero que está de moda ahora. Como suele pasar en este tipo de productos, el talento del protagonista es mil veces inversamente proporcional al del actor que encarna al malo. Y ¿quién tenemos de cabroncete? (tachaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaan) a ¡¡¡James Woods!!!, el puto amo. Eso sí, también es, junto a De Niro, uno de los actores que más se imitan a sí mismos. Tanto que parece que solo tienen un personaje en registro con las mismas muecas y gestos. Y está al mando de... un grupo paramilitar de blancos estadounidenses cabreados porque creen que su presidente es un blando. ¡¡¡Ahí tus cojones, Emmerich!!! A eso no se atreve cualquiera. Vamos, mil veces más creíble que lo de los norcoreanos.

Así que, con estos mimbres, resulta que Emmerich ha hecho la película que supuestamente debería haber hecho Fuqua y viceversa. Cágate.

Aún así, con perder yo el tiempo creo que ha sido suficiente. Os recomiendo que no os destrocéis las neuronas con estos engendros que no sirven ni para pasar el rato. Yo es que soy así de masoca.



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