viernes, 14 de febrero de 2014

Fucking Loser

The Wrestler (Darren Aronofsky, 2008)

Randy "The Ram" Robinson (interpretado por Mickey Rourke) es un perdedor de mil pares de cojones. Estrella de la lucha esa de mentiras que tanto les mola en Estados Unidos veinte años atrás, ahora languidece haciendo llaves y recibiendo hostias en rings de cuarta división. Lo más parecido que tiene a una pareja es una stripper, su hija no quiere saber nada de él, no tiene un puto duro, vive anclado en el pasado... Vamos, la típica historia de fucking losers que tan dura se la pone a los de Hollywood. Y si, además, se vende como "el retorno" de Rourke y le añadimos un director que sorprendió con su primera película (Pi) pero que luego ha sido devorado por la Industria, tenemos el pack completo para una experiencia agridulce.


The Wrestler es un buen intento, pero un intento al fin y al cabo. Historias de perdedores en el cine hay cuarenta mil y mejor contadas. Tampoco hay que sobrevalorar la actuación de Rourke. Porque Rourke no es un mazas cualquier en el cine, sino un buen actor al que se le fue la pinza a base de Clembuterol, pesas y boxeo, destrozando él solito su carrera. Por lo tanto, no puede sorprender que en esta película tenga cierta capacidad interpretativa, aunque a mi tampoco me pareció la leche.


File:The Wrestler poster.jpg

La historia es un cúmulo de tópicos que, para colmo, están demasiado esquematizados. Su hija aparece por ahí en dos ratos y el director la despacha pronto. La stripper es una Marisa Tomei de la que el director parece más interesados en mostrar unas tetas y un culo bien puestos a pesar de sus cuarenta y pico de años a cuestas y la supuesta mala vida del personaje.

El punto de inflexión es un ataque al corazón que sufre el protagonista y que podría haberle llevado a cambiar de vida. Pero todo lo que le prometía recuperar la felicidad perdida se le va a la mierda en cinco minutos de metraje atropellado (una forma muy burda de precipitar los hechos) y Randy se da cuenta de que  a lo único que puede agarrarse es a la Lucha Libre. Todos esos paletos que van a verle dar mamporros resultan ser su única familia.

El típico ejemplo de la película que podría haber sido pero que al acomodarse a los dictados de Hollywood y el gusto por el estereotipo se ha quedado en un "filmus interruptus".

No hay comentarios:

Publicar un comentario