lunes, 25 de noviembre de 2013

Qué peligro que tiene el Besson (Lockout, James Mather y Stephen St. Leger. 2012)

Si algo peor que una americanada hecha por yanquis, es una americanada hecha por franceses. Es lo que pasa al imitar un cine, en este caso de acción, que no es el de uno: se cogen tópicos ya manidos en las producciones de Hollywood y se exageran aún más hasta que parecen salidos de la mente de un zagal de ocho años. Ya nos pasó a los españoles e italianos con las películas del oeste. Los westerns con los estereotipos más brutales se rodaron en Almería y no en Colorado. Para colmo, estas imitaciones suelen ser aburridas de cojones. Yo no sé qué le pasa a los franceses cuando hacen cine. No se dan cuenta de que en una película de acción no te puedes pasar la mayor parte del metraje charra que te charra. ¡¡¡Coño, quiero ver hostias como panes!!! ¡¡¡Y las quiero ver ya!!!

A Luc Besson le deberían poner una orden de alejamiento de cualquier aparato, mecanismo, chisme, persona o instalación que tenga que ver con el cine. Se casca cada bodrio que se queda solo. Y siempre plagiando, imitando y deformando los géneros cinematográficos, que están ahí tan tranquilos hasta que viene el tipo y los destroza.

Algunas de sus primeras películas francesas no estaban mal (El Gran Azul, Subway, Nikita) pero fue poner un pie en Hollywood e írsele la pinza. Y lo peor es que el tipo se toma en serio. Porque cuando no comete crímenes contra la retina como director las engendra como productor, animando descabelladamente a pequeños Luquitos-Besson a hacer las mismas franco-americanadas que su papá.


File:Lockout film poster.jpg

Producción suya es Lockout, protagonizada por Guy Pearce y dirigida por James Mather y Stephen St. Leger (que no tengo ni pajolera idea de quiénes son) Tenemos una prisión espacial en un futuro cercano en la que están los más malos de la Tierra (toda una ristra de villanos de cartón-piedra). Tenemos a un agente especial más duro que el granito rebozado de titanio al que se le ha tendido una trampa culpándole de algo que no ha hecho (una mezcla bastarda con unas gotas de Harry el Sucio, otras del John McLane de la Jungla de Cristal y unos toques de Martin Riggs de Arma Letal). Y, rizando el rizo, tenemos a (redoble de tambores) ¡¡¡la hija del presidente de los Estados Unidos que pasaba por allí y que es cogida como rehén!!!

La trama de la película es...ya no hay más. Con ese batiburrillo, los malos son más malos que en las películas yanquis; los buenos, más duros y cínicos que en USA; las explosiones más ruidosas...y el tedio también es mayor. Vamos, de esas películas en las que me cabreo solo como un mono al final por haber perdido tan miserablemente el tiempo.

Mira que a priori me tira el rollo ciencia-ficción y leña aunque sea para pasar el rato. Pero este tipo (como tantos otros mediocres) me lo pone muy difícil.

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